SHOWER THOUGHTS: LA DUALIDAD DE LA TECNOLOGÍA, BENDICIÓN Y MALDICIÓN PARA NUESTRA SOCIEDAD

 

Johann Dorfi

ZZUNN México

Socio IOS desde 2014

En momentos de introspección, es inevitable pensar en el intrincado baile entre la humanidad y la tecnología, maravillándonos con sus avances mientras luchamos contra sus sombras. Es como sostener una espada de doble filo, moldeando nuestras vidas de manera profunda, pero haciéndola más precaria al mismo tiempo.

A lo largo de nuestra historia, una pregunta inquietante acecha nuestra conciencia colectiva: ¿podría la tecnología ser la causa de la desaparición de la humanidad? Por supuesto que sí, pero no por las razones que esperamos.

Tradicionalmente, el miedo a la tecnología se ha centrado en ser reemplazados o aniquilados por nuestras creaciones. Sin embargo, el verdadero peligro no radica en nuestros avances tecnológicos, sino en nuestra incapacidad para usarlos de manera responsable y consciente.

Queramos o no, la tecnología se ha entrelazado con nuestra existencia, desde las máquinas de vapor de la Revolución Industrial hasta los algoritmos sofisticados de la era digital. Cada innovación promete progreso, pero trae consigo el peso de consecuencias no deseadas por el abuso y mal uso que les damos.

La amenaza más fuerte que plantea la tecnología es la erosión de lo que nos hace realmente humanos.

A medida que nos volvemos cada vez más dependientes de las interfaces digitales, corremos el riesgo de perder nuestra bondad innata, compasiva y empática. Priorizamos la conveniencia sobre la interacción y la superficialidad sobre la autenticidad.

Por ejemplo, las redes sociales nos ofrecen una conectividad sin precedentes, pero también dejan a su paso interacciones superficiales, convirtiendo la vida privada en un espectáculo público. Por otra parte su influencia masiva los hace canales fértiles para la diseminación de teorías conspirativas y la promoción activa de la desinformación sobre hechos verídicos.

La obsolescencia programada fomenta una cultura de consumismo, aumentando la degradación ambiental y disminuyendo el valor de los productos duraderos. Por otro lado, la cultura del intercambio fácil y las aplicaciones de citas promueven una mentalidad de desechabilidad, lo que reduce los esfuerzos para reparar relaciones y posesiones, llevándonos a confundir nuestras parejas y amistades con celulares o electrodomésticos, adoptando la dinámica de “No funciona - cámbialo, NEXT”.

La manipulación de fotos establece estándares de belleza poco realistas, lo que conduce a problemas de autoestima y percepciones distorsionadas. Por otro lado, la inteligencia artificial ofrece conveniencia, abundancia de información y posibilidades casi infinitas, pero también estamos olvidando la cortesía básica de pedir las cosas con un "Por favor" al inicio y un "Gracias" al final, y esto se refleja en las interacciones que tenemos entre los humanos.

La conectividad permanente a internet a través de teléfonos inteligentes provoca adicción digital y una reducción de la capacidad de atención de las personas. Hoy en día resulta más simple ‘Googlear’ individuos que comprometerse a conocerlos en persona, lo que a menudo conlleva a prejuicios erróneos o, como solían decir nuestros abuelos, a ‘Juzgar un libro por su portada’.

Las noticias se difunden a una velocidad vertiginosa, pero a menudo exponen el sufrimiento de otros de manera insensible, solo por incrementar las ventas u obtener más likes. Esto aunado a la cultura de videojuegos que desensibiliza a la violencia y la crueldad entre la sociedad.

Entonces, podría la tecnología contribuir al fin de la humanidad tal como la conocemos? Sin duda alguna, pero no porque seremos reemplazados o asesinados por ella. Es porque hemos olvidado lo que significa ser humanos y a menos que corrijamos el rumbo, corremos el riesgo de perdernos aún más en las herramientas que hemos creado para darle forma a nuestro mundo.

En conclusión, la verdadera amenaza nunca ha sido de las máquinas o los algoritmos que poseemos, sino nuestra incapacidad para utilizarlos de manera responsable. Es fundamental volver a nuestros principios más básicos, recuperar lo que define nuestra humanidad; ahora más que nunca debemos rescatar nuestros valores, educación y principios, y solo así podremos asegurar un futuro donde la tecnología nos sirva según su propósito original.

ZZUNN es una empresa dedicada a la recuperación de inversiones con la venta de activos industriales en desuso.

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