LA IMPORTANCIA DE SER AGRADECIDO
Pau Granados
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¿Qué pasaría si todo de lo que te quejas y te molesta desapareciera?
Por ejemplo: ¡estoy cansada de mi empleo! ¡Pum!, despedido el lunes, ¡Mi cabello me quedó horrible! ¡Pum!, amanece y eres pelón. ¿Te imaginas?
¿Tú, como yo, también crees que deberíamos tener un avivamiento de gratitud? Alguien me dijo que la gratitud es una de las armas más poderosas en este mundo y al principio yo no percibía la tremenda herramienta de sanación y de esperanza que es.
Desde la antigüedad numerosas religiones han sugerido a sus seguidores a combatir la queja y la negatividad con la gratitud. Por ejemplo, en el capítulo 55 del Corán se enumeran todas las cosas por las que los seres humanos deben estar agradecidos: el sol, la luna, las nubes, la lluvia, los animales, etc.
La doctrina cristiana nos exhorta a dar gracias por todas las bendiciones, grandes y pequeñas, que Dios en su amor y bondad nos ha brindado; desde un amanecer, hasta tomar conciencia de lo que nuestro cuerpo hace día a día por nosotros: nuestros pies están perfectamente adaptados para llevarnos a la cima de una montaña, nuestros brazos pueden sostener con fuerza a quienes amamos, nuestros pulmones respiran unas 8 millones de veces al año, gozamos de una impecable y finamente calibrada maquinaria interna, la cual se beneficia incontablemente con el simple hecho de ser agradecidos, vivir en gratitud trae bien a la salud emocional y física: reduce los niveles de estrés y ayuda a mejorar la calidad del sueño, por mencionar un par.
La gratitud hace que nuestro pasado tenga sentido, nos trae paz en el presente y crea una visión para el futuro, ¿Cómo? Lo mismo me pregunté yo, y honestamente cuando pasamos por momentos de dificultad nos puede parecer imposible tener ese sentimiento de gratitud; pero te tengo el antídoto perfecto para esas ocasiones de desánimo.
Te invito a cerrar tus ojos y volver a tu pasado; pero en esta ocasión llevando una lámpara de gratitud que apunta únicamente a momentos de luz que, te aseguro, te facilitará celebrar el presente y te podrás dar cuenta de que aún en los momentos más oscuros hubo algo y/o alguien que te ayudó a salir adelante y lograr ser quién eres hoy y estar en donde estás.
Agradecer es un acto de amor propio y amor a los demás, ser agradecido alimenta nuestra fe, (llámalo Dios, universo, energía o fuerza superior), libera tu corazón de preocupación y nos da fuerza para vencer el temor al futuro.
No esperes a que algo “grande” o “extraordinario” pase para dar gracias, celebra tu pasado, sacúdete del negativismo, el pesimismo, la queja y llena tu corazón de gracias, abraza tu futuro con esperanza y confía en que eres capaz de pasar por encima de cualquier circunstancia, proponte cada mañana tomar unos minutos para dar gracias por respirar, por sentir, por vivir, utiliza esta arma todos los días y no olvides que el milagro es aquí y ahora, toma ventaja del futuro y agradece que la siguiente hora está completamente nueva, virgen y libre para hacer las cosas diferentes.
¿Viene alguien a tu mente a quien te gustaría decirle gracias? ¿Ya tienes la lista de cosas por agradecer? ¡Aviva el fuego y da gracias!