¿Cómo inicias tu día? ¿Te levantas emocionado porque es un nuevo día o desmotivado porque no quieres ir a trabajar? Muchas veces vamos por la vida creyendo que mañana llegará algo que nos haga más felices que hoy y cuando no llega hace que nos desmotivemos. Nos quedamos esperando, pasan los días y no decidimos despertar de esta rutina que nos tiene atrapados. ¿Por qué no empiezas a hacer algo que te llene de alegría por completo?
Por ejemplo, ¿haz subido una montaña? Un día decides subir la montaña más alta, programas tu ida con tiempo y te preparas, invitas amigos o conocidos que compartan el gusto por el senderismo y si no tienes equipo, pides prestado o compras para subir seguro.
Te levantas temprano para iniciar el camino sin sol y disfrutar el amanecer arriba. Desayunas ligero y muy enérgico para poder iniciar tu camino. Comienzas a dar los primeros pasos, los más sencillos porque aún el camino es medio plano, no se ha pronunciado la pendiente. Estás fresco, emocionado y con todas las ganas. Tienes una sonrisa enorme dibujada en tu rostro y las carcajadas se multiplican conforme vas subiendo, estás gozando el viaje.
Conforme la pendiente se pronuncia el camino se pone más difícil y requiere de toda tu atención, sigues disfrutando pero todos van concentrados en dar pasos firmes. Un amigo tuyo decide regresarse porque ya se puso muy pesado el camino y tu continúas, porque sabes que solo es una fase.
Así sucede en cualquier sueño que queramos emprender, unos continúan a pesar de las adversidades y otros no. Lo que más frena a la mayoría es el miedo, pero, ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Prefieres quedarte en los días de rutina que sentir la emoción y adrenalina de todo el proceso?
Es tiempo de despertar, iniciar el camino y subir tu propia montaña. ¡Arriésgate! Prepárate con todos los elementos que necesitas, como una oficina que te ayude a ser más productivo y brinde muchas más herramientas que te ayuden a crecer. Busca un Socio, aliado, equipo o quien consideres que te ayudará a hacer tu sueño realidad para que cada día sientas que estás en la cima o camino hacia ella.
Vive haciendo lo que más amas, eso que tanto te apasiona y balancéalo para disfrutarlo y no perderte en el proceso. Decide seguir aprendiendo, creciendo para que cada día sientas como tus ideas fluyen, tu energía recorre todo tu cuerpo y la sonrisa se expande desde tu corazón a todo lo que haces.