Según la Real Academia de la Lengua Española, un emprendedor es aquél que emprende con resolución acciones difíciles o azarosas. Sin lugar a dudas, esto implica un triple esfuerzo de sacrificios, dedicación 24/7, compromiso, superar fracasos y trabajar para otros aún cuando se pensaba que “no tendríamos jefes”. Ahora, éstos se convirtieron en clientes, proveedores y en ocasiones, colaboradores de nuestras nuevas empresas.
El emprendimiento es un reto, no una moda, es una decisión y meta que muchos de los jóvenes y no tan jóvenes hemos perseguido desde hace poco o mucho tiempo. Para emprender no hay edad ni límites, estos los definimos cada uno en nuestro camino y mente; es responsabilidad de cada uno de nosotros acercarnos a todos los actores que nos podrían apoyar en lograr que cada una de las ideas de negocio que surjan puedan tener un futuro prometedor para beneficio de nuestro país. En épocas como las que vivimos actualmente, con tantas personas que han perdido su empleo, demuestran la gran oportunidad para iniciar un nuevo negocio, como una fuente de ingresos para la familia.
Emprender es posible y lo podemos lograr desde la creación de una empresa, hasta en el mismo trabajo en el que estamos contratados, ya que las oportunidades para todos son las mismas, sin embargo, depende de nosotros que el esfuerzo esté enfocado en lograr lo que hemos soñado, aprender de personas con las que tenemos contacto, dejar huella y buscar la trascendencia a través de nuestras acciones; pensar que el emprender es para beneficio de todos los que están a nuestro alrededor y no sólo para beneficio propio, pues la integridad en un emprendedor es lo que determinará quiénes consolidarán su permanencia en el mercado laboral o empresarial.
El emprendimiento apoya el desarrollo económico e innovador de México. El impacto que tiene en nuestro país se registra desde la generación de empleos, la innovación en los productos y/o servicios, desarrollo o uso de nuevas tecnologías y apertura de mercados internacionales. Por lo que el compromiso que adquiere un emprendedor al iniciar su empresa va desde la calidad aplicada en el cómo resolverá una necesidad o un problema de su mercado meta, el reclutamiento, selección y capacitación de las personas que contratará para operar su compañía hasta desarrollar elementos innovadores que aseguren su permanencia en la industria.