EL ARTE DE COMUNICARSE SIN HABLAR

Neto Guevara

CEO de Hitch

Socio de Torres IOS Campestre

En la comunicación, el 60% es no verbal y el 30% es tu tono de voz. Eso significa que ¡el 90% de lo que estas diciendo no viene de tu boca!

No confundamos la comunicación no verbal con la comunicación que no es hablada (oral). Existen formas de comunicación no verbales, como la escrita o las lenguas de signos, los cuales no son orales.

La comunicación no verbal juega un rol muy importante en nuestra socialización:

  1. Define nuestra identidad.

  2. Demuestra el grado o la capacidad que tenemos en relacionarnos.

  3. Ayuda a acotar y a comprender los mensajes sin necesidad de utlizar el lenguaje.

  4. Transmite emociones y sentimientos.

  5. Influye en los demás y en nosotros mismos.

El lenguaje corporal puede revelar tanta o más información que las palabras. La conducta no verbal funciona como las cookies en Internet: sin darnos cuenta, nuestro cuerpo transmite constantemente información sensible sobre nuestras intenciones, sentimientos, conocimientos o personalidad. Incluso, cuando estamos quietos o en silencio, los gestos, las posturas, las expresiones faciales y la apariencia, hablan por nosotros y pueden resultar elocuentes.

El lenguaje corporal y la comunicación no verbal cuentan quiénes somos, cómo nos sentimos o cuáles son nuestros gustos. En la interacción, la conducta no verbal informa además de nuestro grado de comprensión y nivel de acuerdo, e incluso puede desmentir lo que estamos diciendo en ese momento.

Lamentablemente, en la vida real no ocurre como en la pantalla de nuestro navegador: ningún mensaje de alerta nos recuerda que las cookies aprovecharán cualquier despiste para entregar valiosa información sobre nosotros, algo que inevitablemente acabará afectando a la forma de relacionarnos con los demás.

El instinto y las emociones son fieles amigos, desde mucho antes de que naciera la razón. Por muy inteligentes y racionales que nos creamos, lo cierto es que la conducta no verbal, las emociones y el inconsciente manejan a su antojo nuestra forma de comunicarnos y cuentan todo sobre nosotros.

Convertirse en un buen comunicador no verbal requiere, por tanto, desarrollar la autoconsciencia de la conducta corporal, de la misma forma que los deportistas de élite perfeccionan la propiocepción para reconocer la posición y condiciones de su musculatura, articulaciones y terminaciones nerviosas. La buena noticia es que ambas habilidades se pueden desarrollar con el entrenamiento. Además, lo podemos hacer por nuestra propia cuenta, y en cualquier momento y circunstancia.

“Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice”.

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