Correr: La cura para todo
Empecé a correr desde hace doce años junto con mi marido, Q.E.P.D. El domingo que falleció, experimenté la peor sensación de mi vida. El sentir que no habitaba mi cuerpo, mi mente, ni mi alma; yo, una deportista seleccionada nacional de triatlón Age Group acostumbrada a sentir todas las partes de mi cuerpo hasta el tuétano, me encontraba en un estado zombie, sin estar, sin sentir, sin pensar.
El martes siguiente, dos días después del suceso, mis hermanos, al verme en ese estado y sabiendo que el deporte era parte esencial de mi vida, me preguntaron si quería ir a hacer ejercicio, a lo que les contesté: “¡Sí!” Y fui a correr al Parque Metropolitano un circuito de 7 km.
Al arrancar el km. 1 sentía que me iba a desvanecer, pero el ir conversando con mi hermano (ya que mi hermana es cero amante de correr y se nos había quedado atrás) me hizo el camino más rápido, y al cabo de unos minutos, ¡la conversación se volvió tan amena que de pronto ya estábamos en el km. 5!
Terminamos de correr y no voy a mentir, la tristeza seguía, pero la mente ya estaba clara. Me sentía de nuevo en la Tierra, ya habitaba mi cuerpo; y fue ahí donde tuve la certeza de que correr no me iba a devolver a mi marido, pero me ayudaría a volverme resiliente.
Correr era la cura para todo, era mi motivo para despertar y dormir temprano, para no usar pastillas tranquilizantes para dormir (como muchas personas en duelo usan), y para no caer en vicios ante una adversidad de esta magnitud.
Cuando me preguntaban que si tomaba terapia psicológica, les decía: “hago deporte”.
Mi terapia se constituía en ir los miércoles de trote con la tribu Run4life (comunidad de corredores de Run4life Magazine, con la cual ya tenía un año corriendo los miércoles en la noche).
Cinco meses después llegó la pandemia; sin embargo, no entré en pánico porque conocía la fórmula: correr y/o hacer ejercicio.
Una persona bajo estrés continuo sufre principalmente dos problemas: por una parte, el crecimiento y la regeneración estándar del cuerpo se detienen, y por otra, el sistema inmunológico se ve inhibido.
Como aprendimos todos en esta pandemia, lo principal para evitar en la medida de lo posible los contagios, es mantener nuestro sistema inmune saludable, por eso mi insistencia en seguir practicando deporte y mantener una alimentación equilibrada para poder mantenernos sanos tanto física, mental y emocionalmente. La pandemia nos hizo valorar nuestra salud.
¡Siéntete vivo y corre!
Ale Ortíz
RUN FOR LIFE