¿Cómo saber que tu trabajo está dañando tu salud?
Hay varias señales que pueden hacerte pensar que tu trabajo te está dañando y es preciso que para identificarlas se dividan en dos grandes grupos: señales o síntomas físicos y emocionales.
SÍNTOMAS FÍSICOS QUE MUESTRAN QUE TU TRABAJO TE ESTÁ DAÑANDO
Los dolores de cabeza es uno de los principales síntomas. Cuando una persona está preocupada constantemente contrae el ceño, volviéndose claro candidato a sufrir cefaleas tensionales. Este tipo de dolor de cabeza puede acabar siendo crónico y en caso de migraña, hasta te puede llegar a incapacitar.
Tu estómago también es un receptor de ansiedad, gastritis y diarreas, síntomas físicos que se pueden volver parte de tu rutina diaria. Tu estómago, ante un estado de ansiedad, puede tener dos respuestas muy opuestas: o se vacía, o quiere almacenar más alimentos, provocando, en este caso, obesidad.
Si constantemente te enfermas desde que estás a disgusto con tu nuevo trabajo puede ser que tu sistema inmunológico, al someterse a tanto estrés, se acabe agotando y “tire la toalla” haciéndote más vulnerable a contraer cualquier enfermedad.
Y por si esto fuera poco, tu apetito sexual puede disminuir al nivel casi de sentirte “inapetente”; y si eres hombre, es probable que llegues a padecer disfunción eréctil.
SÍNTOMAS EMOCIONALES
¿Estás a la defensiva? ¿No te aguantas ni a ti mismo? ¿Tu pareja te hace cualquier comentario con un poco de humor y lo ves como ataque? ¿Te enfadas fácilmente con tus hijos por haber dejado comida en el plato o no terminar la tarea? ¿Has cancelado actividades que antes te hacía ilusión practicar?
Todas estas reacciones pueden ser un indicador de que tu trabajo te está afectando negativamente.
“¿Y en qué momento llegué a sentirme así?”, se preguntan muchos. Seguramente por no ponerse límites a tiempo. Y tenemos que estar conscientes de que hay días en los que el: “yo puedo con todo” o “solo unas horas más”, puede cobrarnos una factura muy cara.
No ponerse un límite en el trabajo puede detonar que te enfermes, padezcas de dolores crónicos o acabes con un trastorno de ansiedad o de- presión muy alto; al grado de transformar a esa persona que era positiva y motivada por disfrutar su vida laboral y personal, en una persona agotada, desmotivada e incapaz de disfrutar cualquier faceta de su vida.
Y tú, ¿ya has puesto límites en tu vida laboral?
SILVIA OLMEDO
PSICÓLOGA